
Charles Bukowski era escritor, bebedor, mujeriego y jugador empedernido (en ese orden).
Bastante provocador, ha sido siempre el escritor "oscuro" de los E.E.U.U, se ocupó incansablemente de hacer un descenso a las alcantarillas de la vida, donde la pestilencia de las miserias humanas es más real de lo que pueda mostrar cualquier medio sensacionalista o reality show.
Bastante provocador, ha sido siempre el escritor "oscuro" de los E.E.U.U, se ocupó incansablemente de hacer un descenso a las alcantarillas de la vida, donde la pestilencia de las miserias humanas es más real de lo que pueda mostrar cualquier medio sensacionalista o reality show.
Una vez que conoces su obra, le puedes amar o rechazar, pero de ningún modo ignorar. Y éste ha sido uno de sus grandes logros. A todo o nada. Tal como en las apuestas.
Esta vez he leído su primera novela: Cartero.
Él trabajó de cartero durante muchos años, y en la novela te cuenta cómo era su trabajo, la gente, las mujeres, las fiestas y borracheras, etc.
Durante toda la novela maldice a todo el mundo, pero también reflexiona y convida reflexión. Como cuando a uno de sus compañeros le da un ataque y la única preocupación del jefe es ver quién se encargará de esa zona, pues el correo “siempre debe llegar” y la suerte de aquel pobre desgraciado es irrelevante.
El alcohol tiene el rol protagonista en la novela, y como el que escribe es su alter ego, desde una perspectiva distorsionada te da una lucidez y sinceridad que estremecen.
Hablar de Charles Bukowski es hablar de Henry Chinaski (su alter ego). Es hablar de un tipo desalineado, con un talento sin igual y además tiene mucho estilo. A mi me encanta, porque dice las cosas como son y como muchos las pensamos en nuestro interior, lo que pasa es que nunca las decimos. Es la ventaja de escribir lo que realmente piensas sin pasarlo por ningún filtro a través de tu alter ego.
Durante toda la novela maldice a todo el mundo, pero también reflexiona y convida reflexión. Como cuando a uno de sus compañeros le da un ataque y la única preocupación del jefe es ver quién se encargará de esa zona, pues el correo “siempre debe llegar” y la suerte de aquel pobre desgraciado es irrelevante.
El alcohol tiene el rol protagonista en la novela, y como el que escribe es su alter ego, desde una perspectiva distorsionada te da una lucidez y sinceridad que estremecen.
Hablar de Charles Bukowski es hablar de Henry Chinaski (su alter ego). Es hablar de un tipo desalineado, con un talento sin igual y además tiene mucho estilo. A mi me encanta, porque dice las cosas como son y como muchos las pensamos en nuestro interior, lo que pasa es que nunca las decimos. Es la ventaja de escribir lo que realmente piensas sin pasarlo por ningún filtro a través de tu alter ego.