jueves, 24 de enero de 2013

La última singladura



Hoy fué una mañana fría de invierno. Ya tenemos casi todo listo para marchar de aquí. Quedan sólo las cosas de última hora con las que estamos trabajando en nuestro día a día. El portaaviones "Príncipe de Asturias" hará su última singladura hacia su puerto de amarre final.
Yo soy de los que opinan que los barcos tienen alma y memoria. Y por aquí han pasado miles de personas que han sido su dotación y que le han dedicado su tiempo y mucho cariño para mantener este mastodonte a flote y con todos sus sistemas funcionando como la maquinaria de un reloj.
Y creo que no se va con una merecida jubilación, ya que podría dar mucho más de sí.  Pero los recortes presupuestarios de la crisis y  el nuevo buque "Juan Carlos I" le han dado la estocada final.
Ahora su futuro es incierto. Podría acabar en otro país sirviendo a otra bandera o podría ser condenado a muerte, descuartizado a manos de los chatarreros con sus sopletes ávidos de metal.
A mi me encantaría que acabara como museo flotante en alguna importante ciudad de España, con aviones y helicópteros de otras épocas sobre su cubierta de vuelo y su gran hangar, al estilo del USS "Intrepid" en Manhattan NY  el cual tuve la suerte de poder visitar. Pero eso es harina de otro costal, y alguien que no soy yo lo tendrá que decidir.

viernes, 18 de enero de 2013

Madera y agua

Hay gente que es como la madera, tan arraigada a la tierra como un árbol que penetra hasta lo profundo con sus raíces. Poco adaptada a los cambios que se producen a lo largo de la vida.

Dicha gente se caracteriza por ser inmovilista y por no cambiar ni un ápice su manera de vivir desde la niñez a la vejez.
Y hay gente que es como el agua. El agua a simple vista  puede parecer más débil que la madera, pero nos podemos llevar a engaño.
 Porque el agua puede abrirse camino incluso a través de la piedra. Y si se ve atrapada, siempre busca un nuevo camino.
La gente que es agua siempre encuentra un nuevo camino en las dificultades, viven aquí o allá adaptando nuevos estilos de vida en nuevos lugares sin apenas dificultad.
Es por esto que el agua con más agua sigue siendo agua.  Pero esto no ocurre con la madera, ya que la hay de muchos tipos. Hay maderas nobles, buenas y duraderas y  hay maderas de baja calidad. Por tanto si se juntan dos maderas, deben de ser del mismo tipo.
Cuando se juntan agua y madera, ésta aunque muy robusta y sólida estará impregnada de agua por todos lados, así que sólo es cuestión de tiempo y de la calidad de la madera, que el agua la destruya.
La madera puede perdurar en el agua mediante tratamientos continuados, pero como la madera sea mala, sucumbirá rápida e irremediablemente a la acción del agua.


Dedicado a vosotros dos.