domingo, 31 de julio de 2011

En pocas palabras

Ayer leí una frase de una pintada en la puerta de un garaje. Decía así:

"Podrán cerrar los cementerios, pero no cortarán las flores"

Y, la verdad, no logro comprenderla del todo....

Cansado

Que cansado es esto del verano. Casi 11 horas de sueño continuado me han dejado el cuerpo tan hecho polvo que ahora sólo tengo ganas de dormir la siesta. Claro que esta mañana he pasado cerca de tres horas bañándome en la piscina con mi niño en lo alto y luego preparé una barbacoa  y supongo que eso afectará en algo para que vuelva a tener ganas de dormir...

jueves, 28 de julio de 2011

Rex Mundi

Vivir en una zona turística tiene sus pros y sus contras, pero un servidor debe de armarse de paciencia con el turista que se cree el rey del mundo. Acaba de llegar de su lugar de origen y ha descubierto que, como rey del mundo que es, está por encima del bien y del mal. Si el refrán dice “allá donde fueres haz lo que vieres” él lo ha transformado en “allá donde fueres haz lo contrario a lo que hicieres” y lo lleva a rajatabla. Las normas de seguridad vial no hacen referencia a él: ni los stops, ni los semáforos, ni la dirección prohibida. Por supuesto, tampoco las prohibiciones de aparcamiento: cualquier acera e incluso calle y carretera es el lugar perfecto para dejar el automóvil real.
Además, está un extracto social por encima del “indígena” -¡más de uno! Él es el rey del mundo- así que las colas no son para él sino para los pobres mortales que no se van de vacaciones.
El Rey del Mundo tiene derecho a ignorar cualquier cola y nadie puede llevarle la contraria, para eso “está dejando su dinero” en la localidad del indígena. Y si contrariado por el ejercicio de sus privilegios reales, el indígena osa hacérselo notar, el rey tiene todo el derecho de mostrar su educación y mostrar indignación ante tamaña tropelía ¿quién se cree el indígena para decirle qué o cómo de hacer las cosas?
El Rey del Mundo tiene, además, dos peculiaridades: su educación es inversamente proporcional a su status vacacional y, en segundo lugar, éste –el estatus- desaparece de forma insospechada al volver a su lugar de origen.

miércoles, 27 de julio de 2011

Atlantis

Tenía que ser el Atlantis el último transbordador que tomó tierra dando fin a la era de los "shuttle" o lanzaderas espaciales. Siempre tuve una especial predilección por él, porque por paradojas de la vida, tuve la suerte de estar en su interior en una visita oficial que hicimos a la NASA en Cabo Cañaveral.
Lo recuerdo como si fuera hoy, el Atlantis aquel día de sol de Abril. Estaba en pista para entrar en el edificio en el que se ensamblaría a los tanques de combustible.
Sólo unos pocos tuvimos la suerte de estar dentro y por supuesto saqué unas fotos.
También estuve en una charla que dió James Halsell, el comandante de la misión.
Para unos eran aviones blancos feuchos, para otros un prodigio de la técnica. Los transbordadores tienen el mérito de ser la máquina más compleja creada por el ser humano, según dicen algunos. Y la verdad es que se crearon en una época en la que no había tecnología para construirlos. Ese es el mérito. Con tenacidad todo se consigue, y los ingenieros desarrollaron nuevos motores reutilizables, aislamientos cerámicos para la reentrada, etc. Algunas de estas tecnologías han revertido para mejorar nuestras vidas:  Lubricantes verdes, aislamientos para las casas, cámaras térmicas, cámaras de alta definición, materiales para prótesis, detectores de gases,analizadores de sangre, corazones artificiales....
Su talón de aquiles era su coste por misión y su poca seguridad relativa en comparación con otros métodos posibles. Todos  pudimos apreciar sus faltas de seguridad viendo los sucesos del Challenger y el Columbia.
Siempre guardaré un gran recuerdo de ellos.

Sin más dilación os dejo las fotos:



                                                                    Bodega de carga



                                          interior de la cabina de control

                                               
           Un servidor hecho un chaval (que tiempos) a popa del transbordador