sábado, 28 de marzo de 2009

Tallarines negros con gulas y gambas.


Hacía tiempo que no escribía recetas de cocina y sin embargo me fijo que mucha gente las lee. Además mis recetas son para vagos como yo a los que no les gusta mucho pararse en la cocina, pero esta vez pondré una más trabajadita, ya que mis amigos me dicen que me las debería de trabajar un poquito más y que el microondas no lo es todo en la cocina. Esta es una receta de una comida que me encanta, Mary lo borda de lo bien que lo hace. Además veréis que es muy simple.
Los tallarines negros están hechos con tinta de calamar y los podéis comprar en la sección de pastas frescas de cualquier hipermercado. Yo los encuentro en el Carrefour y compro los de la marca "Giovanni Rana". Con los tallarines negros o espaguetis negros podéis hacer grandes combinaciones, pero yo os aconsejo hacerlos con "frutos del mar".
La foto que estáis viendo la he sacado hoy al mediodía en mi casa ya que es lo que he comido. Atentos a los pasos, que es muy simple:
1-Pon una sartén al fuego con aceite de oliva virgen extra, 4 o 5 dientes de ajo troceadito y dos o tres guindillas chicas (al gusto). Deja que se doren.
2-Descongela las colas de gamba(cantidad a tu gusto, pero que no sean de estas que reducen hasta que parecen colas de camarón, no seas cutre) y descongelas un paquete de gulas.
Para descongelar puedes meter en agua todo y se descongela muy rápido. Escurre y listo. Las gulas están apelmazadas, así que tienes que desenhebrarlas un poco.
3-Se va friendo todo. Acuérdate de remover para que no se queme. Cuando ves que está hecho, apartas la sartén del fuego y lo reservas. Echar sal al gusto.
2-Pon una olla con agua a hervir y cuando comienze, echas los tallarines negros. Déjalos cociendo 5 minutos.Comprueba que están hechos. Lo mejor es probar uno.
3-Sácalos de la olla y escúrrelos. Vuélcalos en la sartén anterior y remueve para que se mezcle todo.
4- Voilá. Ponle sal al gusto. En la foto veréis que he puesto un poco de salmón. Lo puse porque me sobró de la cena de ayer. Si lo ponéis, cortadlo en trocitos y ojo, que da un toque salado. Aún así hoy estuvieron buenísimos.
Espero que os gusten y si los hacéis, comentádmelo.

miércoles, 25 de marzo de 2009

The Watchmen


Pues no sé como decir lo mal que me sentí después de ir a ver esta peli. A la mitad ya nos queríamos ir.Tanto hablaban de que había costado un pastón, que un friki como yo tenía que ir a ver una adaptación del cómic.

La peli es vomitiva, no tiene por donde cojerla, el Dr. Manhattan anda todo el día con el pizarrín al aire, se echan un polvo cósmico que no viene a ton ni son, en fin, menuda MIERDA. Es una pena, llevaba una buena racha de buenas películas. Estoy tan defraudado que me fui compungido a la cama intentando asimilar lo que había visto y cómo había caído en esa trampa.

Eso si, la peli es clavadita al cómic, pero ya me cansa que los héroes siempre estén enfrentándose a sus conflictos éticos y a sus problemas personales al estilo Spiderman, que se pasaba todo el día llorando como una magdalena.

La considero una BAZOFIA.

sábado, 21 de marzo de 2009

Slumdog Millonaire


He ido ayer al cine a ver esta película. Me ha llamado la atención que una productora independiente haya hecho una película que gane 8 de 10 Oscars para los que estaba nominada. Me ha encantado.
Por la energía que transmite pese a la dureza de la realidad que muestra. Por el carisma del personaje, luchador y enamorado desde la niñez de la misma mujer. Por el retrato que hace de Bombay y la India, el caos, la miseria, el progreso, la muchedumbre, las oportunidades y la fragilidad de la vida en un país que está saliendo del hoyo a trompicones.
Por el montaje y la historia, sencilla pero sin pretensiones, por esa mirada distinta y fresca a un rincón del mundo que no conocemos y es bastante más grande que el nuestro.
No os defraudará.
La considero "MUY BUENA"

domingo, 8 de marzo de 2009

Un día de Cólera


He leído "Un día de cólera" de Arturo Perez-Reverte.
Me ha gustado bastante, de hecho, me lo he leído en dos días.
La trama es clara: franceses malos en Madrid (y resto de España), haciendo cosas de niños malos. Españoles hartándose. Chispa que prende el fuego. Españolitos de a pie sacando navajas cachicuernas y dando matarile a franceses malos. Franceses malos llaman a papá y españolitos de a pie las pasan putas. Escenas finales de fusilamientos.
Todos conocemos la historia, y eso la hace más atractiva, disfrutas de cada plato sabiendo cuál será el siguiente. Disfrutas de los franceses siendo tan malos porque luego los españolitos les van a dar por el riel.
El libro está narrado con un "hiperrealismo detallista", apoyado en todo momento por hechos verídicos comprobados. Para que el lector tenga eso presente, va citando nombres, apellidos, calles de residencia de los implicados, no solo de los protagonistas, sino de cualquiera. Pero eso no ralentiza la marcha de la novela, la hace más real y descarnada, y es que la gente que la protagoniza tiene, nunca mejor dicho, nombres y apellidos.
Realmente es un homenaje a toda la gente que peleó y murió aquel día y en especial a los capitanes Daoiz y Velarde que se batieron hasta la muerte en el cuartel de Monteleón provocando muchísimas bajas a los franceses.
Seguro que os gustará.

miércoles, 4 de marzo de 2009

No lo entiendo


No lo entiendo. Debo estar haciéndome viejo, o yo que sé. Pero no lo entiendo.
No entiendo que una persona pueda hacer daño físico a la persona que ama.
No entiendo que una relación de menos de un mes con menos de 17 años pueda considerarse una relación.
No entiendo que la madre de una niña de 14 años meta en casa al novio de ésta, de 20 años.
No entiendo qué es lo que lleva a unos amigos a encubrir un asesinato brutal.
No entiendo a esa gente que se acerca al borde del Guadalquivir para “ayudar” al rescate del cuerpo sin vida de una chica que jamás debió acabar allí.
No entiendo a esas personas que esperan su minuto de gloria ante una cámara de televisión mientras ojean el río con la esperanza de ver surgir el cuerpo de la chica del agua.
No entiendo demasiadas cosas de esta sociedad en la que vivimos.
Tal vez porque estudié en un colegio en el que me enseñaron a pensar por mi mismo.
Tal vez porque tuve la suerte de crecer en un lugar rodeado de amigos sin problemas, como tampoco los tenía yo.
Tal vez porque tuve algo que ahora no se tiene: infancia.
No sé las razones, pero cuando me doy de bruces con realidades como la que el fin de semana pasado se ha vivido en Sevilla y sus alrededores, siento asco de la sociedad en la que vivimos, y temo por el futuro en donde crecerán mis sobrinos y mis hijos, el día que los tenga.
Temo que la crisis que afecta al mundo sea algo más que una crisis económica. Y comienzo a estar de acuerdo con aquellos que hablan de una crisis de valores que está afectando a toda la sociedad. Y donde, como siempre, pagarán los más pequeños. Aquellos que ya se han quedado sin infancia.
Aquellos que con 13 años ya son padres, en vez de jugar a los clics y montar en bici como hacíamos nosotros. Tal vez mi infancia duró mucho, no lo sé. Pero me quedo con mi vida antes que con esta sinrazón actual, donde todos y todas son y quieren ser, más mayores de lo que debieran.

domingo, 1 de marzo de 2009

La pelota de SQUASH


Pues le estaba dando vueltas a una historia que he oido en más de una ocasión a lo largo de los últimos años, pero no sé como explicároslo si no hago antes una intro.
Como más de uno sabe, soy gallego, nacido en La Coruña y por trabajo me he venido a vivir a Cádiz hace ya bastantes años.
Como buen gallego, siempre tengo morriña de mi tierra, y no hay día en que durante un lapso de tiempo no recuerde sus montes y montañas, sus ríos y rías, sus verdes paisajes, sus lugares perdidos, su cielo gris y su lluvia, sus verdes árboles, sus casas de piedra, su bonito y corto verano, mi gente, mis amigos, el olor del invierno quemando leña en una chimenea, alguien hablándome en gallego, la vida que he dejado allí...en fin, son muchas las cosas que producen en mi ese estado que al igual que si fuera un imán, siempre te hace querer volver.
Me creo un poco raro por ser así, ya que me encanta la frase: "Adáptate y vencerás" e imagino a todos los emigrantes que se marcharon a otros continentes y allí tuvieron hijos y ya no regresaron jamás. Esos lo tenían peor que yo, ya que tan sólo estoy a una hora y poco de avión desde donde vivo actualmente.
Como yo hay muchos más, vaya si los hay, en mi trabajo, en las distintas ciudades y lugares del mundo, siempre hay un gallego, incluso dice una canción que "Hay un gallego en la luna" y es que es para creerlo porque estamos en todas partes.
Volviendo al hilo, el caso es que me contaron una historia de un tiarrón del norte que vivía por asuntos de trabajo en Madrid. Lo único que ansiaba era esa plaza para irse de vuelta a Galicia, y por fin, un día le salió. La fiesta de despedida con sus compañeros del trabajo (entre ellos varios gallegos) fue por todo lo alto y se emborracharon hasta altas horas de la madrugada.
Pero la sorpresa fue mayúscula cuando al año siguiente, alguien le llamó desde su antiguo trabajo en Madrid y él le contestó que ahora trabajaba en Valencia. Que fué a Galicia, pero lo que había visto ya no le convencía y había aprendido a valorar que en Madrid, a fin de cuentas, no estaba tan mal, así que optó por cambiar de aires de nuevo.
Esta misma historia ha llegado a mi en más ocasiones, pero con otros personajes.
Como una pelota de SQUASH, vas a toda velocidad en linea recta contra la deseada pared sin desviarte, pero al llegar a la pared, rebotas casi con la misma fuerza con la que has llegado y te alejas.

A mi me pasa lo mismo, voy en linea recta hacia la pared verde sin desviarme, pero el día en que llegue a la pared, pudiera ser que saliera rebotado y volviera con la misma fuerza hacia atrás, ya que a fin de cuentas, nada está tal y como quedó cuando yo me fui, y sé valorar que en Cádiz vivo muy bien con un precioso clima, una bonita sierra, unas preciosas playas y una calidad de vida que es dificil de mejorar.
Así que si algún día el destino me llevara de vuelta a Galicia, seguramente que echaría mucho de menos la buena vida de Cádiz, e igual, si tuviera un bajón, rebotaría y me alejaría de vuelta para aquí.
Como la pelota de SQUASH, voy y vengo, y vuelvo a ir, pero nunca me paro.