lunes, 29 de junio de 2009

Descansando


Son las 2.00 de la mañana, estoy sentado fuera de mi tienda de campaña con Mary hablando del viaje que haremos el miércoles para ver a U2 a Barcelona.
Son las 2.05 de la mañana. Hace unos días estaba tumbado en la cama, mirando el techo de mi habitación mientras el sudor recorría mi cuerpo. Hoy Mary, a mi lado, se cubre con una manta mientas miramos el cielo. Hace incluso frío.
Estoy a menos de 10 kilometros de Conil, y muy cerquita del cabo de Trafalgar. Hoy me he bañado en la playa, de inmensa arena y he buceado y jugado con las olas como si tuviera 15 años. Ahora comemos kikos, y bebemos unos refrescos bien fríos. Ya no tengo calor. La maldad se ha escapado entre la sombra de los pinos y las olas transparentes del atlantico conileño.

No puedo invitaros a todos, pero os diría que viniérais a uno de mis paraisos...







Sólo Música

Ha muerto el Rey. ¡Viva la república!.

Noches de verano


Me gustan las noches de verano. La humedad cayendo entre los árboles y, casi sin querer, evoco las noches de acampada sentados sobre una hoguera. Escuchando a Juan Trueno contar historias sobre la Santa Compaña o los Lobishomes y a Oscar con la guitarra de fondo tocando las canciones del grupo. Hablando en voz baja de las chicas que nos gustaban. Tirados sobre la hierba mirando las estrellas. Noches de risas donde el vino casero nos alegraba el alma y las barbacoas nunca faltaban. Noches que hoy se considerarían infantiles y que para nosotros eran un paréntesis quitado al tiempo.
Noches de verano que jamás podré olvidar. En la playa o en el bosque junto a la hoguera que entonces aún podíamos encender. Mirando al firmamento buscando estrellas fugaces mientras nos bañábamos a la luz de la luna. Noches donde nos reíamos de nosotros mismos, recordando las escenas más cómicas del año y los ridículos más espantosos en los que habíamos participado. Noches en las que nos quedábamos contemplando en silencio la danza de las llamas de la hoguera sintiendo cómo nos producía un efecto hipnótico.
Noches de verano que poco a poco tornaron a Santa Cristina y el Orzán y cambiaron para siempre, dejando atrás esa esencia mágica. Que ocultaron las estrellas bajo el techo y los focos de los pubs y las discotecas. Que silenció nuestras historias por el sonido de la música a todo volumen.
Y sueño con estrellas, con cielos limpios, con verde hierba llenándose de cáscaras de pipas. Con amigos y risas. Con una adolescencia que ya no existe.

viernes, 26 de junio de 2009

domingo, 21 de junio de 2009

Carritos


Salía del trabajo a tomar un refresco en un bar que está por el centro, para mitigar un poco el calorcito de este arranque de verano. Y allí estaban ellas, no sé si eran seis o siete. Pero mantenían el orden, casi militar, en el borde de la fila, justo enfrente de la puerta de madera clara que da acceso a la casa, no sé si parroquial, de una preciosa y antigua iglesia. No sabría deciros nada de ellas. Mujeres normales, amas de casa con muchos años de experiencia a sus espaldas, sin importar la edad. Mujeres acostumbradas a luchar por los suyos. Y ahora están allí, esperando que se abra aquella puerta con sus carritos de la compra perfectamente alineados.
Cuando vuelvo de tomarme el refresco ya no están. No puedo más que observar en silencio el interior del edificio que se muestra tras la puerta abierta. Allí están ellas, manteniendo el orden. En triste silencio. No hablan entre sí, como tampoco lo hacían en la calle. Sólo esperan. Esperan que les llenen el carrito con lo poco o mucho que hoy puedan darle en la Iglesia. Esperan sabiendo que eso, poco o mucho, será lo único que hoy podrán llevar a sus casas.Y me doy cuenta de que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y que yo, estoy ciego.

sábado, 20 de junio de 2009

Recuerdo a MAN



Creo que todos visteis cuando se hundió el "Prestige" cómo llegaba el chapapote a las rocas y playas de la costa da morte.

En pocas palabras

A veces me pregunto por qué
Y sólo encuentro respuesta en la sinrazón
Y me reprendo a mi mismo:
razona, me digo, eres racional

Pero vence el corazón

Acalorado


Lo reconozco, últimamente ando acalorado. Mi rostro sonrojado y, a veces, hasta mi corazón acelerado. Y, además, ando ido. Como en una ensoñación contínua. Atontado. Adormilado. ¿Será la primavera? me dicen algunos. No sé, puede ser, tal vez. Respondo yo. Pero lo cierto es que algo ha cambiado. Y juraría que yo no he sido.
Yo sigo igual, algo más cansado y con el sueño cambiado, esperando el verano con alegría y mis vacaciones con impaciencia. Pero no puedo, me acaloro, me adormezco y, a la vez, quiero más. Quiero salir a la calle, correr por la playa, bañarme en la piscina, disfrutar en el camping de las buenas conversaciones a la sombra de las estrellas y arrullado por el sonido de las olas rompiendo en la orilla de la playa.
Y es que me encuentro raro, acalorado, atontado.... hay quien dice que tengo el síntoma del enamorado, pero yo sé la razón de mi estado....Y es que, ¡mierda de calor!, a más de 40º no quiero así un verano.

domingo, 7 de junio de 2009

Kung Fu


Pensaba escribir algo sobre la muerte de uno de los personajes que alegraron las tardes de mi infancia. No me perdía un capítulo, sentado en el suelo y apoyado en el sofá. Escuchando los sabios consejos del maestro en su búsqueda. Pero es que cada vez que intento poner algo acabo escribiendo sobre armarios, Tailandia y juegos sexuales. Descanse en paz, al menos se fue disfrutando.
Por cierto, tu papel de Bill en Kill Bill fue majestuoso.

viernes, 5 de junio de 2009

Susurros y miradas


Últimamente ando mirando al suelo demasiado, abstraído de lo que ocurre a mi alrededor, sólo fijando mis ojos en aquellas cosas que me traen una sonrisa a los labios. Por eso, trato de fijarme en los pequeños detalles que hacen que merezca la pena vivir una vida, la que sea.
Y ayer, mientras volvía caminando, como hago de Lunes a Jueves por la playa de La Malagueta, me fijé en ellos. Caminaban hacía mi. Supongo que como otros muchos, pero sólo ellos se hicieron visibles. Él llevaba una camiseta blanca con un dibujo ya borrado por el tiempo, una gorra raída, bañador azul y tenis blancos. Ella llevaba otra gorra, un viejo traje verde con pequeñas flores rojas y unas zapatillas azules. Él caminaba unos metros por delante y cada pocos pasos se paraba para observarla. Ella caminaba lentamente, apoyándose con su cansada mano en el muro del paseo marítimo. Él empujaba un pequeño carrito cargado de sillas de plástico. Ella llevaba una sombrilla que parecía pesar demasiado para su cansado cuerpo y sus hinchadas piernas. Él se detuvo, dejó el carrito cargado de sillas de playa y se acercó hasta ella. No sé que le susurró al oido. Acarició su canoso cabello antes de besarle tiernamente en la mejilla. Le quitó la sombrilla y se la colgó al hombro, mientras le tendía su brazo para que ella se agarrase a él y juntos seguir el camino hasta la casa.
No pude dejar de pensar en los años que llevarían realizando aquel mismo camino juntos y en cuantas veces podrían volver a recorrerlo. Pero, sobre todo, no pude dejar de pensar en aquellos que hablan de un amor perecedero. Porque allí, aquellos dos longevos bañistas, daban muestras del verdadero amor, del que supera la atracción física y el enamoramiento. El que permite que dos personas puedan pasar juntas toda su vida, y seguir amándose. Porque sus miradas lo decían todo. Ella necesitaba la ayuda de él. Él la necesitaba a ella.
Y sonreí, pensando que, tal vez, algún día yo también vuelva mis cansinos pasos para convertirme en bastón.

lunes, 1 de junio de 2009

Ángeles y demonios.


He visto la película y me ha gustado. Está muy bien realizada. La película es mucho más movida que El código de Vinci, supongo que Ron Howard escuchó las críticas de El código y decidió separarse del libro un poco para hacer esta nueva peli.


La peli está llena de acción sin parar a través de criptas selladas, peligrosas catacumbas, catedrales desiertas y hasta el corazón de la bóveda más secreta en La Tierra.


Como anécdotas comentaré que no se ha podido rodar en El Vaticano, por lo que todos los decorados se han hecho en EEUU. También se ha usado el Chroma Key (pantalla verde). Este efecto se nota un poco cuando entran en el Panteón y también en la basílica de San Pedro.


Tom Hanks se ha quitado el pelucón de El Código de Vinci y ahora tiene una peluca con más entradas parecida a la de Nícholas Cage.


La considero ENTRETENIDA.

La sombra del viento


He leído el famoso libro de Carlos Ruiz Zafón que ha vendido más de 20 millones de copias en todo el mundo. El libro narra una historia situada en una Barcelona de posguerra llena de luces oscuras y con un ambiento gótico y un toque esotérico. Nada mas empezar se nos presenta “El Cementerio de los Libros Olvidados”, un lugar casi mágico cerca de las Ramblas.
La historia gira en torno a los libros de un autor enigmático que alguien está intentando borrar de la memoria quemando todas las copias. La historia tiene una narración que resulta entretenida. Tiene muchos giros de best-seller, que supongo es cómo se ha escrito. Personalmente me ha resultado entretenido, aunque sin llegar a comprender como ha podido vender tanto.
Luego hay momentos de la narración más o menos cogidos por los pelos, por lo que lo dejo como un libro entretenido.