domingo, 30 de noviembre de 2008

Triste Lunes

Todos los lunes son tristes, sobre todo si has pasado un buen fin de semana.

A lo que me estoy refiriendo en realidad es al nombre de un grupo de Rock.

Nacen como trío en el año 2006, tras la unión de dos coruñeses y un gaditano en Madrid. Pronto comienzan a trabajar en canciones propias y versiones escogidas, confeccionando un repertorio que enseguida empiezan a presentar en directo. Más tarde grabarían en los estudios Rock&Soul de Carlos Torero y Bukowski de Oscar las canciones que configuran su primer trabajo, Lucha libre. Seis temas que destilan rock con personalidad, fresco y lleno de matices.


Os dejo las canciones del grupo "Triste Lunes". Tiene un mérito muy grande el haber sacado ese sonido compacto desde un ordenador normal, pasando muchísimas horas buscándole el "feelin" a las canciones grabadas.


Oscar se queja de que tuvo que cantar dentro de una habitación en un piso donde había más gente, por lo que no podía gritar fuerte. Con todo, el sonido es bueno


miércoles, 26 de noviembre de 2008

El Mary Rose


Os dejo un artículo muy interesante de Arturo Perez-Reverte para que veais cómo los ingleses escriben la historia. Casualmente, ellos siempre salen bien parados, como en las películas. Que raro,¿creeis que a los lumbreras de algún país les interesa reescribir su historia? Sin ir más lejos en España está sucediendo con la guerra civil, pero eso será otro hilo...

Por fin se desveló el misterio. Desde hace cuatrocientos cincuenta años, los investigadores navales ingleses se han esforzado en averiguar por qué el Mary Rose, ojito derecho de la flota de Enrique VIII, se fue a pique en el año 1545 frente a Portsmouth, durante un combate con los franchutes.


En realidad ya se sabía algo: el barco no se hundió por los cañonazos enemigos, sino
porque las portas de las baterías bajas estaban abiertas durante una maniobra complicada, entró agua por ellas y angelitos al cielo. Glu, glu, glu. Todos al fondo.

Pero faltaba el dato clave: un estudio médico del University College de Londres –eso suena a serio que te rilas, colega– acaba de establecer la causa exacta del hundimiento.


El agua entró por las portas abiertas, en efecto. Pero tan imperdonable descuido marinero fue posible porque la tripulación de esa joya de la marina inglesa no era inglesa, pese a lo que su propio nombre indica. Ni hablar. El Mary Rose estaba tripulado por spaniards. Sí. Por españoles. Naturalmente, eso lo explica todo.

No estoy de coña, señoras y caballeros. O la guasa no es mía. Los perspicaces investigatas del University College afirman eso después de pasar veinte años estudiando dieciocho cráneos rescatados del barco. Tras concienzudos estudios antropológicos, la conclusión es que diez de esos cráneos procedían del sur de Europa, debido, ojo al dato, a la composición específica de sus dientes.


Se dice, por otra parte, que Enrique VIII iba escaso de marineros cualificados y enroló a extranjeros. Así que, con aplastante lógica científica, los investigadores han llegado a la conclusión de que éstos sólo podían ser españoles. Tal cual, oigan. Ni italianos, ni portugueses ni franceses.

Lo de los dientes es decisivo. A ver quién tiene el colmillo así de retorcido, o tantas caries. O tan malos dientes de leche. Vaya usted a saber. El caso es que,bueno. Blanco y en tetrabrik, eso. Leche.
Lo más fino es la conclusión del profesor Hugo Montgómery, jefe del equipo investigador. «En el estruendo de la batalla, se habría necesitado una cadena de mando muy clara y disciplinada para cerrar a tiempo las portas», afirma este Sherlock Holmes de la osteología náutica. Y es que la palabra disciplina en boca de un inglés lo explica todo. Otra cosa habría sido que el Mary Rose hubiese estado en las competentes manos de leales súbditos británicos. No se habría hundido
bajo ningún concepto. Pero a ver qué se podía esperar con una tripulación española –lo más normal del mundo, por otra parte, a bordo de un barco inglés–. O sea. Con torpes y sucios meridionales, todo el día oliendo a ajo y rezando el rosario, flojos de idiomas, que no entendían las eficaces órdenes que se les daban en perfecta parla de allí. Así, el hundimiento estaba cantado, claro. Elemental, querido Watson.
Yo mismo, modestia aparte, también he investigado un poco el asunto. Y fíjense. No sólo coincido con las conclusiones británicas, sino que, tras estudiar con una lupa la dentadura postiza
de la madre que parió al profesor Montgómery, me encuentro en condiciones de iluminar otros rincones oscuros del naufragio. Y puedo confirmar que, en efecto, así no había quien mandara un barco. Sé de buena tinta –una tinta Montblanc, cojonuda– que el naufragio se produjo
cuando el almirante british, que se llamaba George Carew, ordenó «Todo a estribor» y el timonel, que casualmente era de Ondarroa, respondió «Errepika ezazu agindua, mesedez», que significa, más o menos, repíteme la orden en cristiano o verdes las van a segar. Y mientras el almirante mandaba a buscar a alguien que tradujese aquello a toda tralla, una marejada cabroncilla empezó a colarse dentro. «Cierren portas, voto al diablo,ordenó entonces el almirante, algo inquieto. Entonces, desde abajo, el contramaestre, un tal Jordi, que era de Palafrugell,respondió. «Digui’m-ho an català si us plau», con lo que míster Carew
se quedó de boniato a media maniobra. «Pero de qué van estos mendas» inquirió, ya francamente contrariado. Mientras tanto, los demás tripulantes, que también eran indígenas de aquí, estaban en los entrepuentes tocando la guitarra y bailando flamenco, costumbre
habitual de todos los marineros españoles, sin excepción, en situaciones de peligro. Fue entonces cuando los oficiales, nativos de Bristol y de sitios así, rubios y tal, empezaron a gritar: «¡El barco
zozobra, el barco zozobra!». Y abajo, algunos tripulantes, que eran tartamudos y además de Cádiz, respondieron, con palmas de tanguillo y mucho arte: «Pues más vale que zo-zobre a que fa-falte, pi-pisha». Y claro. En dos minutos, el Mary Rose se fue a tomar por saco.

Dicen los libros de Historia que las últimas palabras del almirante Carew, antes de ahogarse como un salmonete, fueron: «No puedo controlar a estos truhanes». Pero no. Lo que realmente dijo fue: «No puedo controlar a estos hijos de puta».

martes, 25 de noviembre de 2008

El Síndrome de Harry el Sucio


Todos recordamos a Harry Callahan (Clint Eastwood) como un duro policía, que se ha criado en la calle, al que sus compañeros llaman Harry el sucio por sus particulares métodos de luchar contra el crimen, y porque siempre se encarga de los trabajos menos deseados con una gran efectividad.

A Harry no se le podía llamar para detener a unos ladrones, eso era para los mediocres (que eran el resto de sus compañeros) del cuerpo de policía de San Francisco.

Para estos polis, Harry era el mejor, de eso no había duda. Que profesional, desde luego que el resto de compañeros del cuerpo no le llegaban ni a los talones. Con ello se hacía la vista gorda a que le gustara privar fuera de horas, a que se pillara alguna que otra moña, a que se saltara el horario algunas veces o a que ninguneara a sus superiores.

Cuando vi por primera vez a Clint Eastwood en el papel de Harry poniéndose esas gafas de sol y su pipa MAGNUM 44 la verdad es que me decía a mi mismo que me gustaría ser como Harry.
Un tío que se ha ganado el respeto de todos por su eficacia, por su efectividad en las situaciones difíciles, por sus cualidades innatas.

Sin embargo el tiempo me ha hecho cambiar. Ya no soportaría ser como Harry porque me doy cuenta de que aquí nadie es imprescindible, y para que las cosas funcionen, es bueno que todo el mundo sepa algo de lo que hace el compañero de al lado, para que en el caso de que alguien se coja una baja, un servidor le pueda suplir en lo que pudiere.
Este hilo viene a cuento de que desde un tiempo "pacá" vengo fijándome en que en mi empresa cada vez abundan más Harrys. Además se extiende como un síndrome en la gente más antigua. Son esos a los que no ves pegar palo al agua durante toda la mañana y su único tema de conversación es : -Recuerdo cuando falló aquello y nadie sabía como hacerlo, al final tuve que llegar yo y se arregló. O lo de:- Yo ahora no tengo mucho chollo pero tal día en que tuvimos tal o cual problema ¡ahí estuve yo hasta las tantas de la madrugada!..

Desde luego que tras oirlos en la cantina (donde están siempre) pienso: - Que pena que el TITANIC no llevara a un par de estos genios, porque seguro que no se hubiera hundido.

La verdad, es que indirectamente, estos Harrys que pasan de currar a diario porque a ellos sólo se les puede llamar cuendo el problema es realmente importante, lo único que están haciendo es justificarse. Si señores, justificar su falta de constancia en el trabajo y justificar su tiempo extra de descanso a media mañana.
Señores, para los que se den por aludidos, aqui NADIE es imprescindible. Si uno se va, otro llegará y el mundo seguirá girando como siempre.
Yo sólo pienso lo que dijo hace mucho tiempo el señor nuestro Dios:- "Y ganarás el pan con el sudor de tu frente".
Si así fuera, estos Harrys no tendrían ni para comer una triste galleta al día.

sábado, 15 de noviembre de 2008

La Hiperrealidad


La semana pasada me dejaron un libro de un Filósofo y ensayista Francés que se llama Jean Baudrillard. Puede que su nombre no os suene, pero os sonará mejor si os digo que en base a sus libros los hermanos Wachowski escribieron la película MATRIX.

El libro se titula: "La guerra del Golfo no ha tenido lugar".
Es muy interesante y ameno de leer. Os lo recomiendo a todos.
La clave estremecedora de este libro es que, según él, vivimos en la era del simulacro, que explicado de manera simple, es que los medios de comunicación (radio, TV, prensa, internet...) son los que construyen el mundo en el que vivimos, y que eso no es la realidad, sino, lo que él denominaba "la hiperrealidad".

El silencio,según él, "está expulsado de la televisión" y todos los medios en general "huyen del silencio". El sonido y la furia de la revolución mediática bombardea a las audiencias contínuamente con noticias, y disuelve lo inconveniente o lo cotidiano.

Por eso afirmaba, en relación a la primera batalla de Irak que George Bush padre sostuvo en 1991 contra Saddam Hussein y los suyos, que la guerra, esa guerra, no había tenido lugar. Las pantallas transmitían fulgores verdosos de misiles, se oían sonidos de bombas sin cesar pero no aparecía ninguna víctima. La guerra había sido un espectáculo apabullante, que coincidió con la irrupción de la CNN en todo el mundo, como vehículo transmisor de las batallas que convocaban tanto o más que un Mundial de Fútbol. Pero los espectadores no veían nada. Nada más que destellos y sonidos sin destino. La CNN había descompuesto la guerra conocida, en la que los cuerpos sangran y se desagran, se mutilan, gritan y caen, en un show de imágenes como si fuera una película.

Pronto se descubrió que metían imágenes de archivo de bombas, cazas, buques de guerra, etc. en el medio de los reportajes de las noticias para darles "más vidilla". Por tanto, tú, que llegas del trabajo y pones la televisión, te quedas sorprendido al ver el montaje pensando: Cuantas bombas, cuántos aviones, vaya guerra...
Pero no te das cuenta de que es imposible corroborar esas imágenes y comprobar que se te está diciendo la verdad, ya que mañana ya habrá un nuevo reportaje con otra noticia que dejará la del día anterior caducada. Una oleada de noticias que crea un mundo no real, dominado por los medios de comunicación, mientras tú, simple receptor de la Hiperrealidad desempeñas un papel pasivo.

Baudrillard concebía a los Estados Unidos como al reino mayúsculo de los simulacros, y consideraba que su capital simbólica es Disneylandia.
Desarrolló un concepto llamado "espacio no-euclideano", que él mismo define como aquel en el que todas las trayectorias se desvían por una "curvatura maléfica". En ese contexto había considerado que el espacio real de la guerra del Golfo se había disuelto "por una curvatura maléfica", en una suerte de no espacio o hiperrealidad.
Para él la globalización convirtió a la vida en un videogame.

La película MATRIX es más exagerada, los humanos están encerrados en encubadoras para producir energía, pero se parece en que algo manipula la realidad para producir una hiperrealidad en la que todos están contentos, excepto Neo, que piensa que algo falla. Quizás más de uno de nosotros sea como él.

lunes, 10 de noviembre de 2008

El Virus del Miedo


No se si habreis observado como en la caja tonta todos los telediarios e informativos le dedican cada vez más tiempo a noticias relacionadas con la delincuencia: Robos, atracos, asesinatos, violaciones....
Este tipo de noticias antes se decían de otra manera, pero ahora se comenta con un énfasis especial lo macabro y sangriento que ha sido éste o aquel asesinato. Hay programas de tarde como el de la primera llamado "GENTE" o el de telecinco llamado "ESTÁ PASANDO" en los que le meten el micrófono a una mujer a la que acaba de apuñalar su pareja, con la increible pregunta de:-¿Cómo te sientes? ¿Tienes miedo de que vuelva a suceder?. Además hacen preguntas mamporreras para deleitarnos a todos con los detalles más morbosos. La verdad es que hoy en día no hay almuerzo ni cena que se me vea indigestada por un nuevo caso de violencia contra personas o contra sus propiedades.

Yo no afirmo que estos casos no existan. Lo que digo es que han existido siempre.
Lo que me fastidia es que ahora nos lo meten por los ojos en las horas de mayor audiencia mezclados con noticias políticas y económicas.
Para colmo, durante el horario nocturno nos ofrecen una variedad de programas con el nexo común de tratar asesinatos sin resolver o de reconstrucciones de crímenes famosos como en los documentales de la Sexta.

Prestadme atención: En los medios de comunicación NADA SE HACE POR CASUALIDAD, y mucho menos en televisión, donde cada minuto de transmisión vale su peso en oro.

Así que tras pensar sobre cual es la causa de este auge de noticias sangrientas, he llegado a la conclusión de que no es más que una estrategia de los cuatro jerifaltes de siempre, los que mangonean todo el cotarro.

Esta estrategia, que ya es vieja y ha sido usada en varios paises, la usan para que nos olvidemos de los problemas reales del país y centremos nuestra atención en lo que despierta en nosotros sentimientos de angustia o de terror. Se trata, de una manera subliminal y muy sutil, de ir inoculando en la sociedad el virus del miedo y de la inseguridad.

El miedo que te paraliza, que te nubla la razón, que te hace conformarte con lo que tienes, que nos hace pensar que otros hay peores que nosotros, el miedo con el que llegamos a la conclusión que "Más vale malo conocido..."

Porque claro, no me negareis que es una suerte estar parado, hipotecado, endeudado hasta las cejas y sin un euro en el bolsillo en una sociedad en la que hay tanta gente, con mucha peor suerte, a la que roban, violan y matan por menos de nada.

Mi consejo: No tengais miedo. Mostrad valor siempre ante todo lo que creeis que es mejor para vosotros, no seáis conformistas, haced frente a todo lo que nos quiere meter esta gente por los ojos. Relativizar los contenidos de la tele.

domingo, 9 de noviembre de 2008

El Ocaso del Portaaeronaves "DÉDALO"



El "Dédalo" fue el Portaaeronaves que tuvo España antes que el actual "Príncipe de Asturias". Fue entregado a España como parte de la ayuda Americana en tecnología militar en tiempos de Franco. El buque había combatido en la guerra de Korea con el nombre de "USS Cabot" y había recibido un impacto durante la contienda que le había hecho volar la proa. Sus calderas y sus turbinas de vapor podían generar alrededor de 100.000 C.V de potencia. Más de uno lo recordará, sale en la película española "Cateto a babor" con Alfredo Landa.
¡Cuántos españoles habrán hecho la Mili dentro de sus cuadernas!.
Gracias al "Dédalo" España desarrolló su doctrina de guerra aeronaval sin quedarse relegada con otros paises, y para él se compraron los primeros cazas "Harrier".
Llegó el momento de darlo de baja en el año 1.988 cuando se acababa de entregar el Príncipe de Asturias. La decisión fué enviarlo de vuelta a su tierra natal, los EEUU ya que la intención era hacerlo un museo flotante de la guerra de Korea.

La política y la burocracia hicieron que se oxidara amarrado a un muelle, esperando su ansiado momento de ser un bello museo. Finalmente por falta de presupuesto, fue vendido a un chatarrero.

Dejo en mi blog un documento visual del crepúsculo y fin del que hasta el año 1.988 fue "Buque Insignia" de la Armada Española.