sábado, 19 de noviembre de 2011

Destructor

El juguete de hoy se lo ha regalado su abuela. Era un motorista que montaba una bella Harley Davidson.
Si, si, os habréis fijado en que he escrito "era", y es que con 18 meses que tiene, mi niño destruye todo lo que le llega a las manos. Nada se le resiste. El juguete nuevo  apenas duró dos horas hasta que la cabeza del motorista pasó rodando junto a mis pies. Poco después vi los brazos desparramados por el suelo. El motorista había sido decapitado y mutilado. Que triste.
 Pero la moto seguía entera, lo cual me extrañó. Cuando volví a mirar al juguete "nuevo" ya le faltaban las dos ruedas. Como buen padre que intento ser, me agaché para buscarlas debajo del sofá. Creo que hoy me he tirado al suelo más de 15 veces para recoger juguetes. Pero de esta vez las ruedas no aparecían, hasta que contemplé el rostro de mi vástago muy serio y sin abrir la boca. Me miraba fijamente y estaba extrañamente callado y tranquilo. Cuando le metí el dedo saqué las dos ruedas de su boca. Casi se había atragantado.
 Y es que por citar algunos ejemplos de lo que últimamente este enano me está haciendo en casa, podré decir que me rompió con uno de sus cochecitos mi televisión plana de 42 pulgadas, pocos días después rompió el disco duro multimedia en el que tenía todas las películas.
Hace unos días se colgó de las cortinas de la sala, propiciando su rotura y hará dos semanas me inundó la casa porque abrió el grifo de un bidé y metió un juguete en el desagüe.

Hoy el día ha sido tranquilo. Me despertó al caerse de la cama a las 7 de la mañana (tiene barreras pero se las ingenia para caerse igual) y a eso de las 12 le ha pillado la mano la puerta del ascensor. Por la tarde sólo se ha hecho un corte profundo en un labio mientras mordía una maceta.

A veces pienso que si los juguetes tuvieran vida, gritarían nada más verlo entrar en la sala por la mañana.
Y es que cuando contemplo  esta escena de Toy Story 3 en la que los juguetes se esconden de los niños de la guardería, entre esos pequeños diablillos veo reflejado al enano que tengo a mi lado:

3 comentarios:

AMALIA dijo...

Está empezando a conocer todo lo que le rodea y necesita "investigar". Pero,lógicamente, eso tiene un precio. Ja,jaaaaaaaaaaaa. Ojo con los enchufes,ordenadores,televisores..¡¡qué tensión!. Pero tiene unos ojos más bonitos que un sol.

mary dijo...

si, yo diría que la casa parece un poco...sarajevo

mary dijo...

es más, hoy que ha llegado de la calle y ha pisado un "regalito perruno", diría que la casa es un campo de minas, pero miguel; no asustes al personal o ya veremos a quien le colocamos el niño pa ir al cine...