martes, 6 de marzo de 2012

El examen

Esta semana pasada me han hecho un examen. Fue una prueba de una hora de duración, sentado en una silla de una silenciosa sala toda de madera con una bella alfombra. En frente de mi había cinco personas muy serias observándome, como tratando de analizar mis gestos y mis movimientos corporales.
 Durante esa hora que se me hizo eterna, creo que contesté a más de 150 preguntas.
Acerté muchas, pero en otras "me tiré a la piscina" y en otras simplemente dije que no tenía ni piñutera idea.
Al final, los examinadores se reunieron durante cinco minutos para deliberar y me dieron la mano para felicitarme por aprobar "raspao".
Me sentí fatal pensando en la de respuestas tontas que había dado a cosas muy básicas y la cara de poema que ponía alguno al oir mis contestaciones. Sabía que en parte la había cagado.
Y es que el meollo del asunto es que apenas lo preparé. Si tan sólo me hubiera puesto las pilas durante unos días...era tan sólo estudiar un poco...tan sólo eso...pero bueno, no fue así...prioricé la buena vida ...y finalmente el examen salió como tenía que salir.
Si se pudiera volver el tiempo atrás...mierda que estudiaría...estudiaría como jamás lo hice en mi vida, hasta quedarme ciego...y así dejar a estos cinco  con la boca callada.
Pero bueno...no se puede hacer eso....no se puede volver atrás, ahora me queda seguir estudiando...la vida y mi trabajo son un contínuo estudio....un contínuo aprendizaje...
Pero no me digas que nunca se te ocurrió volver atrás y arreglar la cagada...
A ver...¿que momento elegirías...?

4 comentarios:

Miguel Angel dijo...

Permíteme decirte que tu tienes un coeficiente intelectual muy alto, lo sé por que soy quien soy, pero, en muchas ocasiones, has eligido, digamos, la buena vida...y la cagada, siempre la arreglaste prácticamente abriendo sólo una hoja del libro. Reconozco que eso no lo hace cualquiera. Dependiendo de lo que te juegues, la próxima vez ¡¡¡ESTUDIAAA!!!

Oscar Paradela dijo...

A mi me han pasado cosas parecidas, recuerdo que hace un año tenía una reunión con mi jefe para tratar el tema de una reforma, hablaríamos de los presupuestos, el cronograma etc, y no me preparé nada creyendo que lo tenía todo en la cabeza. Me pasé toda la reunión inventándome las respuestas de igual manera que si fuese un impostor que se hubiese colado en la sala de reuniones, recuerdo que hubo un momento en que me hizo una pregunta que no tenía ni idea de que contestarle, me quedé callado con cara de tonto y me dijo "oiga, está usted seguro de que se ha leído los presupuestos??" eemmm sss si por supuesto que los he leído! jor jor

mary dijo...

cari, muchas veces no buscan la respuesta perfecta, si no que no te quedes mudo y en estado de shock, esto es lo que te hacen en las entrevistas de trabajo de telefónica...

AMALIA dijo...

Por mucho que se estudie, en esa situación tan "delicada" los nervios se ponen a dar pataditas y te quedas con la mente en blanco. Además, siempre te preguntan lo que tienes menos "dominado". Después del exámen es cuando dices: "si lo sabía..."