El Otoño es el crepúsculo, el declinar del sol. Un año más que se acerca a su término. Las hojas en los árboles amarillean preparándose para el sueño invernal. La luz disminuye y la atención se dirige hacia adentro.
Es momento de recogerse, revisar lo antiguo y prepararse para la renovación desprendiéndose de lo que sobra o estorba. Ha llegado el momento de cultivar la serenidad, la introspección y la meditación. Es el momento de impregnarse con la sabiduría de los libros, es el momento de abrir nuestros cinco sentidos a la magia de los bosques.
Un remanso de paz en el que uno puede retirarse a contemplar en silencio el ciclo que termina.
También es ésta una estación interior para recapitular y encontrar qué es lo que realmente queremos en nuestra vida.
Al igual que los árboles, desprendámonos de las hojas antiguas para dejar hueco a los nuevos brotes que el futuro traerá...
No hay comentarios:
Publicar un comentario